Vigilia de Oración en preparación a la
Beatificación de las Mártires Mínimas de Barcelona
MOMENTO DE INVOCACIÓN
Después de algunos instantes de silencio, cinco lectores recitan, alternándose, una oración al Espíritu Santo. A cada invocación se pone ante el altar una luz encendida.
L. 1: Ven, oh Espiritu de Amor, y renueva la faz de la tierra;
haz que torne todo a ser un nuevo jardín de gracias
y de santidad, de justicia y de amor, de comunión y de paz,
para que así la Santísima Trinidad
pueda todavía reflejarse complacida y glorificada.
L. 2: Ven, oh Espíritu de Amor, y renueva toda la Iglesia;
llévala a la perfección de la caridad, de la unidad y de la santidad,
para que se convierta hoy en la mayor luz que resplandece para todos
en la gran tiniebla que se ha difundido por todas partes.
L. 3: Ven, oh Espíritu de Sabiduría y de inteligencia,
y abre el camino del corazón a la comprensión de la verdad total.
con la fuerza abrasadora de tu divino fuego desarraiga todo error,
para que resplandezca para todos en su integridad
la luz de la verdad que Jesús ha revelado.
L. 4: Ven, oh Espíritu de Consejo y de Fortaleza,
haznos valerosos testigos del Evangelio recibido.
Sostén a quien es perseguido; anima a quien está marginado;
da fuerza a quien está encarcelado;
concede perseverancia a quien es pisoteado y torturado;
da la palma de la victoria a quién, todavía hoy, es llevado al martirio.
L. 5: Ven, oh Espíritu de Ciencia, de Piedad y de Temor de Dios,
y renueva, con la linfa de tu divino Amor,
la vida de aquellos que han sido consagrados con el bautismo
y señalados con su sello en la confirmación,
de aquellos que son ofrecidos para el servicio de Dios,
los Obispos, los Sacerdotes, los Diáconos,
para que puedan corresponder a tu designio
que estos tiempos está realizando,
en el segundo Pentecostés por tanto tiempo invocado y esperado.
C: Te damos gracias, oh Señor, por tu continua cercanía y por tu presencia en medio de nosotros, esta tarde, en nuestra oración de espera y alegría. Danos un corazón capaz de gozar de tus dones, el deseo de descubrir cada día la belleza de nuestra vocación, seguros de que tu Providencia y tu misericordia no nos dejarán nunca solos en el camino de la vida. Todo esto te pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
A. Amén.
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ORACION FINAL
Señor Jesús, Esposo de la Iglesia, que escogiste a nueve Monjas Mínimas y a una laica, para que derramando su sangre en fidelidad total a su consagración Bautismal, fueran en el mundo, signo y fermento de aquel amor nupcial con el cual tú amas a la Iglesia, dígnate de glorificar estas Beatas vírgenes e la viuda y su compañera de martirio, si es para tu mayor gloria y para el bien de nuestras almas. Amén.
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