Daimiel (Ciudad Real)
Profesión Votos Temporales en Filipinas
CRONICA PROFESION SOR JOSEPHINE
 
El pasado 7 de octubre, 2019, tuvo lugar en la iglesia de nuestro monasterio de San Francisco de Paula en Lipa City, Filipinas, la profesión temporal de nuestra hermana Josephine Mary Udegor de la Divina Misericordia. El Rito, dentro de la Eucaristía, fue celebrado a las 15:30 y presidido por nuestro arzobispo, Gilbert Garcera con el que concelebraron nueve sacerdotes, de nuestra diócesis (entre ellos nuestros capellanes y confesor) y varios de la asociación African Mission en Filipinas con Sede en Manila, casi todos ellos sacerdotes naturales de Nigeria. Digna de mención también fue la participación de dos miembros de la Embajada de Nigeria en Filipinas, quienes, no solo han ido asesorando con sus competencias profesionales a nuestra hermana sino mostrándole siempre amistad y cercanía.

Después de las lecturas, el Arzobispo interrogó a sor Josephine, quien manifestó públicamente su libre voluntad de seguir a Jesucristo profesando los votos religiosos según el carisma de nuestro Padre San Francisco de Paula.

Siguió la homilía, en la que el señor arzobispo explicó a los fieles presentes en qué consistía nuestra vocación como monjas mínimas de clausura, dedicadas a la oración, a la penitencia, a la pobreza, a la sencilla vida fraterna en comunidad, todo ello hecho por amor a Dios, pero también por amor a todos los contemporáneos, hombres y mujeres de nuestro mundo actual. Así mismo compartió con los fieles su gran anhelo de ver bendecida a nuestra Comunidad  Mínima con el aumento de nuevos miembros, la única en toda Filipinas cuya vocación con un específico voto de penitencia, la Vida Cuaresmal, era tan actual y necesaria en nuestros días.

Tras la homilía, sor Josephine hizo su profesión religiosa en manos de nuestra Madre Correctora, M. Rocío de Jesús González, quien había venido para estar presente en este importante momento de nuestra Comunidad. A continuación, sor Josephine fue revestida con el hábito religioso, mientras un gran silencio envolvía a la asamblea, silencio, que se vio interrumpido por los gestos de emoción de los fieles, cuando sor Josephine bajaba del presbiterio para abrazar a su padre, a su hermano y todos los amigos más cercanos.

Antes de concluir la Eucaristía, todos los presentes tuvimos el privilegio de presenciar una sencilla pero solemne danza propia del culto cristiano de Nigeria. Sor Josephine, llevando en la cabeza, hombros y manos, los adornos de la joven que se desposa, abría una danza desde la puerta de entrada de la iglesia hasta el presbiterio, junto a sus familiares y amigos, que la acompañaban en los cantos jubilosos de alabanza a Dios, luciendo atuendos de vivos colores. Fue un momento muy emotivo donde veíamos  diferentes culturas unidas en una misma celebración de fe en la que una hija de la Iglesia africana se consagraba a Dios en el continente asiático.

Antes de que los fieles abandonaran la iglesia, sor Josephine dio gracias a todos los presentes por su constante amor y apoyo a nuestra Comunidad a lo largo de estos veinte años de nuestra fundación, y concretamente a ella,  desde que llegó a Filipinas hace cuatro años, para seguir la llamada del Señor. Mencionó también a todos los que en su país natal, le ayudaron y guiaron en la fe: su familia, su parroquia, sus amigos, sus profesores y catequistas, todos tuvieron un recuerdo especial en este día tan significativo en su vida.

Finalizábamos la Eucaristía rezando la oración a nuestro Padre San Francisco para ganar la indulgencia en este centenario de su canonización.

Después todos fueron invitados a tomar una merienda en la hospedería y jardines aledaños a nuestro monasterio, notándose en todos ellos, el gozo y el asombro por haber sido testigos de un acontecimiento tan sublime y sencillo a la vez.

Demos gracias a Dios por nuestra hermana en esta comunidad de Filipinas, y nos unimos al deseo de nuestro arzobispo, orando para que el Señor siga bendiciéndonos con más hermanas, que sigan haciendo presente hoy el carisma de san Francisco de Paula.



Homilía en la Profesión Temporal de Sor Josephine Mary Udegor. (Monseñor Gilbert Garcera, Arzobispo de Lipa-City, Filipinas). Algunas ideas entresacadas.

Antes de la homilía, quiero contaros un secreto de sor Josephine Solo hay una mínima en todo Filipinas que bendice mi anillo siete veces y es la Hna. Josephine Mary Udegor de la Divina Misericordia. Desde que vivo aquí -desde 2017 hasta ahora-, cada vez que visito este convento, me besa el anillo siete veces, así que le pregunté: “Hermana, ¿por qué haces eso? Su respuesta es siempre esta: “Arzobispo, siete veces porque el Obispo es la plenitud del Señor Jesús. Arzobispo, os bendigo siete veces porque usted es el sucesor de los Apóstoles”. Yo mediría la fe de la Hna. Josephine: usted de esta forma, me expresa su fe.

He sido invitado a celebrar esta ocasión memorable de sor Josephine; permíteme darte las gracias por elegir las lecturas... Elegiste estas y te devuelvo la palabra secreta del Evangelio que dice: "Permanece en mi amor... como el Padre me ha amado, así te he amado yo, permanece en mi amor". ¿Qué significa permanecer? de dos palabras latinas que expresan fuerza intensiva; estar o quedar. Permanecer no significa una y otra vez, sino expresa una fuerza intensa: que dice ser enraizado en Dios, enraizado en mi amor, dice el Evangelio de hoy.

Es Jesús, invitándote mi querida hermana, permanece en el amor de Jesús, en mi amor... significa sencillamente estar aquí, morar aquí, no ir a otros lugares, sino aquí en mi corazón. Esa es la profundidad de las palabras de Jesús; Permanecer en mi amor y permanecer en el amor de Dios nos invita a estar centrados, a estar enraizados en el amor que es ilimitado, interminable, todo en todas las cosas, tan generoso, tan atento, tan verdadero.

La primera lectura dice: escucha, mi amado aquí viene, Jesús te ama... Segunda lectura: ¿qué es más? Todo es pérdida, comparado con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor… por Él lo perdí todo… sólo viviré por Él y estaré con Él.

Después de mi homilía, sor Josephine, te haré tres preguntas, para distinguir el carácter de esta comunidad de hermanas. La primera pregunta es tan fácil que dice: ¿estás decidida a unirte más a Jesús por el nuevo vínculo especial...? Igual que las otras congregaciones, usted dice que sí. Y la segunda es sobre las virtudes evangélicas de la castidad, la obediencia y la pobreza. Y la tercera, Hermana Josephine, mientras permaneces en Jesús, ¿estás decidida a vivir en castidad por el bien del reino de los cielos, abrazar la pobreza voluntaria, ofrecer a Dios obediencia y prometer la vida de Cuaresma para seguir a Cristo en la penitencia evangélica?

La tercera pregunta es muy difícil... escucha esto, ¿crees en el espíritu de la Cuaresma? ¿Estás decidida a vivir solo para Dios como lo pide hoy el Evangelio? Quédate aquí, no vayas a ningún lado, ¿estás decidida a vivir solo para Dios en soledad, en silencio evangélico, en oración pura y asidua, en penitencia de Cuaresma ferviente, en humilde vida monástica, en santa y paciente caridad con tus hermanas? Deseo que haya tantas hermanas en esta comunidad, pero solo hay cinco. He estado hablando esto con la hermana superiora, porque esta es la única comunidad mínima en todo el país; Invitamos a otras a vivir este tipo de espíritu cuaresmal en esta vida monástica, permaneciendo en el amor de Dios tan distinto de todas las demás comunidades porque subyace en la ferviente penitencia cuaresmal. ¿Es para vosotras? No, esto es para nosotros, la iglesia.

Mis queridas hermanas, muchas gracias por crear esta atmósfera, esta vida de penitencia cuaresmal para nosotros. No es para ustedes, es para nosotros, la iglesia, llevamos con nosotros la cruz de Jesús, pero creemos plenamente que, como portadores de la cruz de Jesús, ganamos el espíritu del Cristo resucitado, ganamos el espíritu de paz, de amor, de bendiciones y más bendiciones.
Sé que durante estos años, sor Josephine, has aprendido a amar a Jesús en esta pequeña comunidad. Las Hermanas Mínimas, ofrecen y entregan su vida a Dios por la Iglesia, por el mundo, por todos y cada uno de nosotros… todo es ofrenda entre estos muros.

Enséñanos, Señor, a amar a Jesús en la simplicidad de la vida, en la penitencia cuaresmal que todos los días donas a la iglesia. Mientras les aseguro mis bendiciones y oraciones, queridas hermanas en esta comunidad, deseo que entren más vocaciones con la comunidad mínima. Deseo que las personas, las jóvenes, experimenten su misma llamada... con su experiencia en esta comunidad, beneficiaremos los frutos del amor como la experiencia de ser fieles con el Señor.