El día 12 de octubre del año del Señor de 2011, fiesta de Nuestra Sra. del Pilar, hemos tenido el inmenso gozo de celebrar la Profesión Solemne de nuestras hermanas Sor Virginia y Sor Alejandra.
A las 6 de la tarde dio comienzo la ceremonia que fue presidida por nuestro señor obispo Mons. José Mazuelos Pérez, que estuvo acompañado por el Delegado diocesano para la Vida Consagrada, nuestro párroco, los Rectores de los Seminarios mayor y menor, el Jefe de estudios del Seminario, el Delegado de pastoral juvenil, su secretario personal, un padre Carmelita en representación de nuestro Capellán, dos sacerdotes colombianos y el clérigo Mínimo Fr. José Antonio.
Nos acompañó y dio realce con sus cantos el grupo de cámara San Pedro Nolasco, quienes resaltaron su alegría de poder ofrecer este servicio eclesial como ya lo hicieron en la profesión temporal de nuestras hermanas.
Como nuestra capilla es pequeña y eran muchas las personas que querían participar, la ceremonia pudo seguirse a través de una pantalla gigante colocada en la vecina iglesia parroquial de San Marcos.
Fue una ceremonia bellísima y llena de emoción en la que nuestras hermanas dieron su Sí total y para siempre al Señor con alegría y decisión, como comentaban ellas mismas con gracia: «los novios dicen ‘hasta que la muerte nos separe’, nosotras decimos ‘hasta que la muerte nos una totalmente’». Nos cuentan también cómo han vivido la entrega total de ellas mismas con toda su fuerza, recalcando los momentos: la postración , en la que además de pedir esa ayuda e intercesión de todos los santos, se ofrecieron a sí mismas por entero al Señor, como Él se nos ofrece cada día en el altar; en el acto de la Profesión, en el que se entregan también a la Orden en manos de la superiora; la colocación de la fórmula recién firmada en el Altar bajo los Corporales, como sello de esa entrega; al recibir la luz y el libro de la Liturgia de las Horas de manos del Obispo, como entrega de toda su vida para bien y fecundidad de toda la Iglesia; la ratificación de la Superiora y la bendición del Obispo, como signo de aceptación por parte de Dios, de la Iglesia y de la Orden de esa entrega total.
«Mis queridísimas Monjas Mínimas: Hoy, en este hermoso día que “hemos vivido”, no quiero dejar de expresaros mi alegría por esta celebración y mi profunda admiración por Sor Alejandra de la Cruz y Sor Virginia de María, en estos tiempos que corren en los que todo son prisas y en los que nuestra juventud parece estar cada vez más separada de Dios. Sé que el camino que habéis recorrido no ha sido fácil, rompisteis con toda una vida hecha, vinisteis de un país muy lejano de costumbres muy diferentes, os asaltaron muchas dudas… Pero ocho años después habéis conseguido lo que queríais: “dedicar toda vuestra vida a Dios”.
¡Enhorabuena! También yo me he sentido muy feliz por haber acompañado a “mis dos niñas” en un día tan feliz para ellas».
Dra. Mª Josefa Vázquez Carreño
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Han sido muchos los testimonios de los fieles que hemos recibido, expresándonos su cariño y la emoción que sintieron ese día. Ofrecemos uno como muestra:
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