CRÓNICA PROFESIÓN SOLEMNE
Ha sido muy significativo para la Comunidad festejar dos acontecimientos tan importantes en una sola Eucaristía: el cierre del año jubilar, con motivo de los quinientos años de las Monjas Mínimas en Jerez de la Frontera y, la Profesión Solemne de Sor Amada de la Trinidad. La alegría del día 04 de mayo de 2025 brilló en los rostros de los asistentes y, sin lugar a dudas, se irradió por toda la diócesis.
Participaron presencialmente alrededor de 120 personas, y bastantes más de forma on-line. Nos acompañaron cinco seminaristas, dos diáconos y 15 sacerdotes junto a nuestro obispo, Mons. D. José Rico Pavés, que presidió la ceremonia.
Podríamos resaltar en primer lugar el año de gracia, que parece apilar cada día del medio milenio en Jerez, donde los sufrimientos y las privaciones de las hermanas de antaño siguen dando fruto, donde sus corazones, que animosos anduvieron por el camino de conversión, confortan al que hoy tiene hambre y sed de vida eterna; donde aquellas vidas entregadas al Señor, como víctimas para alabanza de su gloria, se unen al canto jubiloso de la Iglesia que adora a Dios.
Año de gracia, donde muchas personas se acercaron a la puerta santa del convento de la Purísima Concepción reconociendo su situación de miseria, y a pesar de su indignidad, saliendo inundadas de la compasión del Padre, proclamaron agradecidas la generosidad divina y, llenas de admiración, exclamaron: “firme es la misericordia del Señor con nosotros, su fidelidad dura por siempre” (salmo 117)
Es aquí donde encontramos la estrecha relación con la profesión de los votos de Sor Amada, quien, habiendo experimentado el perdón de los pecados, acoge gozosa la vida nueva ofrecida por Cristo y responde a su llamada entregándose por completo. Bellamente lo expresó D. José en la homilía: “La misericordia y el perdón de Dios son más grandes que nuestros errores. Por eso, la Iglesia no deja de regalarnos años jubilares para que descubramos que, en el perdón del Señor, en el beneficio de su Amor misericordioso está nuestra salvación.”
En segundo lugar, llama la atención la benevolencia de Dios con las pequeñas hijas de San Francisco, pues sigue llamando a jóvenes para que se unan a Él y a su misión redentora, para que con su vida cuaresmal anuncien la cercanía del reino de los cielos. ¡Qué bueno es el Señor que ha sostenido a la Comunidad con vocaciones y no ha permitido que su presencia en Jerez se acabe!
Así pues, habiendo empezado a las 17: 30 horas, finalizó la celebración según lo acostumbrado con la bendición solemne del Sr. Obispo y, quitando los adornos de flores y colgaduras de la puerta de la iglesia, se clausuró oficialmente el evento.
¡Bendito sea el Señor ahora y siempre!
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