Jerez de la Frontera (Cádiz)
Profesión de votos temporales de las novicias sor Analucía de los Arcángeles y sor Alegría de Cristo
Profesión Temporal Sor Analucía de los Arcángeles y Sor Alegría de Cristo

El jueves 24 de septiembre, día de la Solemnidad de la Virgen de la Merced, a las 11:00 de la mañana, en la Capilla del Convento de la Purísima Concepción de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula, tuvo lugar la Profesión Temporal de las novicias Sor Analucía de los Arcángeles y Sor Alegría de Cristo, presidida por el Presbítero Rvdo. D. Antonio Sabido. Se inició la celebración con el canto “Quien es esta que sube del desierto” para acompañar la procesión de las novicias, acompañadas por los Presbíteros invitados que venían desde la Parroquia San Marcos: Rvdo. D. Lorenzo Morant; Rvdo. D. Carlos Redondo (nuestro párroco); Rvdo. D. Sebastián; Rvdo. D. Jorge Manrique; Rvdo. D. José Luis Oca, todos sacerdotes diocesanos; y los PP. Fray Alejandro Peñalta, Prior de los PP. Carmelitas y Fray Gil González, religioso dominico.

La entrada de las novicias y los presbíteros fue muy solemne; lucían ellas radiantes y contentas, al mismo tiempo que sobrias y serenas, las seguían Madre María del Silencio y la Maestra Sor Virginia de María, quienes también estaban muy contentas.

 Se dio comienzo a la ceremonia la cual fue amenizada por cantos tradicionales (cantados por el Coro de las Monjas y acompañados al órgano por D. Francisco Marín Romero), y cantos del Camino Neocatecumenal (interpretados por varios hermanos de las Comunidades de San Marcos).

Al inicio de la ceremonia la Madre llamó a cada novicia por su nombre y ellas respondieron: “Aquí estoy, Tú me has llamado”, y con estas respuestas se abrió el ritual de la Profesión que concluyó con la entrega de la Regla por Madre María del Silencio a cada profesa. Por su parte tanto Sor Analucía, como Sor Alegría pronunciaron sus votos con voz firme, clara y serena, en la que se podía distinguir la seriedad y conciencia con que lo estaban haciendo.

En la homilía D. Antonio hizo énfasis en los tres votos de la vida religiosa, y en la entrega total de sí al Esposo. Al final de la Eucaristía y concluida con la bendición del presbítero, las neo profesas dijeron a los asistentes unas palabritas de agradecimiento e indicando que, dadas las circunstancias del virus, esta vez no se pasaría al locutorio. La Madre, por su parte, había convidado solamente a los Presbíteros y a los cantores quienes se acercaron a esta sala contentos y compartimos con ellos un buen rato tomándonos fotos y agasajando a las neo profesas y disfrutando ellos de un buen piscolabis.

La ceremonia ha sido calificada por muchas personas calificándola de “preciosa”. Son momentos que Dios regala por su misericordia y su amor y quienes por su gracia le servimos, los vivimos con mucha alegría y agradecimiento, pues son acontecimientos muy importantes para la Comunidad que está muy agradecida por tan gran don.