Orar
Tercera Semana Cuaresma

“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice ‘dame de beber’, le pedirías tú, y él te daría agua viva”

(Jn 4, 10)

SI CONOCIERAS EL DON DE DIOS, dijo Jesús a la samaritana…
¿Te imaginas ese diálogo entre Jesús y tú?... Vamos a intentar bucear en nuestro interior, allí donde sólo puedes entrar tú y Dios…
Confiemos en Jesús, dejemos que guíe nuestros pasos, Él nos ama, siempre vela por nosotros y su enseñanza amorosa y veraz nos afianzará en el camino.

ORANDO EN ALTA VOZ

En una reflexión homilética nos decían así:
EL ESPÍRITU DE DIOS ES … aquello que caracteriza a los que tienen a Dios consigo; es la huella de significación de su Presencia.
Los que portan al Espíritu de Dios, dan frutos, los más preciados, y en su encuentro con los demás, dan frutos de alegría en ellos. NO ES UN DON PARA ELLOS SOLOS, SE EXPANDE. Nuestros encuentros con los demás, han de ser visitas que pacifican, porque portan la Paz de Dios. Si los que son visitados son hombres y mujeres de Dios, quedarán llenos de la alegría de Dios. ¡Qué hermoso que seamos transmisores de Dios, descubrir la huella de Dios en los demás! ¡Si somos morada de Dios, nuestros frutos serán frutos del Espíritu de Dios!

Sólo hay una verdad, y esa verdad eres Tú, Jesús; y no tengo que ir a buscarte, porque estás DENTRO. ¡Cómo quisiera que todos se abrieran a Ti!
La samaritana fue corriendo a decir a sus hermanos… y es que Tú acrecientas el deseo de propagar tu Luz, tu Verdad, tu Amor. SÍ, la acrecientas… no sé cómo expresarlo Jesús… sólo sé que me invitas a adentrarme en la oración, y desde ahí, con el alma henchida de gozo y amor, CONTAGIAR TU VERDAD.
La paz, el sosiego interior, la felicidad, sólo vendrán cuando nos dejemos guiar por Jesús y nos dejemos inundar de su Espíritu…
Ya vengan las dificultades, los sufrimientos, las luchas, las enfermedades… TODO está EN SUS MANOS… y nadie nos podrá arrebatar su Amor…
”El que beba del agua que Yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”

Sí, tu Amor nos inunda, traspasa los umbrales de la eternidad, no se queda guardado en el rincón de nuestro pobre corazón, sino que salta a borbotones, y como en un extender las manos, se derrama, se expande… ¿Hacia dónde? De eso Tú, Señor, te encargas y ¡bien que lo sabes hacer! Por eso, gracias Jesús, ¿qué sería de mi vida sin Ti!
Gracias, Señor, por la vocación contemplativa en la Iglesia. ¡Cuánto amor derramado hacia el mundo!
Yo, estoy convencida de ello, Jesús, y no lo merezco, no he hecho nada, todo me ha sido dado…. Por eso, mi oración: ¡ILUMINA A TODO EL MUNDO!
Qué bien lo vivió mi santa hermana Sor Consuelo:. ¡Qué ideal más bello, servir a Dios desinteresada e incondicionalmente sin ninguna mira personal sino todo a mayor gloria de Dios y santificación de las almas!


¿Y tú, cómo lo vives, qué piensas, qué bulle en tu interior? Haz silencio, deja que el Espíritu del Señor te empape y olvida un poco el ruido que te rodea. Es por tu bien y por el bien de quienes se entrecruzan en tu camino. Una cuaresma vivida con intensidad, SIEMPRE DEJA HUELLA, que se trasluce. ANIMO. 

 ORANDO CON EL SALMO 79

Dios mío, no recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo. Con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Mientras nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, cantaremos tus alabanzas de generación en generación.  

Señor Jesús,
Aunque no es fácil contemplarte en la Cruz, ¡cuántas noches te contemplo antes de dormir! Y cómo inundas el alma y cómo acrecientas el orar por todos…¡Cómo te entiendo, dulce locura de misericordia! Rezamos en la Liturgia de las Horas.
Cuando el corazón contempla al AMOR crucificado… ¿qué?... Silencio, admiración, asombro, enamoramiento, intercesión…
Si Tú, el Pastor, que velas por cada una de sus ovejas, mueres por Amor… ¿qué nos queda Señor?
Danos amor para entregarnos, fúndenos en Ti y extiéndase tu Luz sin descanso, que no tendremos sosiego si nos alejamos de Ti.


“QUE LA PREDICACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SIRVA PARA LA CONFIRMACIÓN DE LA FE DE TODOS, Y QUE NADIE SE AVERGÜENCE DE LA CRUZ DE CRISTO, GRACIAS A LA CUAL EL MUNDO HA SIDO REDIMIDO” San León Magno

MONJAS MÍNIMAS DE DAIMIEL