Daimiel (Ciudad Real)
Vida consagrada - Reflexión
VIDA CONSAGRADA-BREVE REFLEXIÓN

El día 2 de febrero celebramos la jornada de la vida consagrada, la iniciativa fue del beato Juan Pablo II en el año 1997. En este día miramos a la vida consagrada y cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad, damos especialmente gracias a Dios por la presencia de los consagrados.
La única finalidad de la Vida Consagrada es TESTIMONIAR, ANUNCIAR  Y VIVIR A JESUCRISTO. Y me da mucha alegría poder compartir con todos la acción de Dios, de su Espíritu, en quienes hemos recibido esta llamada. La vocación es un regalo precioso, personal e intransferible. Cuando Dios llama, a poco que estemos atentos, percibimos su voz. Él se encarga de ello, por muy pequeña que sean nuestras rendijas. ABERTURA DE CORAZÓN, LIMPIEZA DE ALMA, DESEOS DE VIVIR EN EL BIEN Y EL AMOR A DIOS Y AL HERMANO… lo demás, corre de su cuenta y de nuestra respuesta personal. ESO SÍ, en la medida en que nos abramos, en esa medida, el Espíritu nos habita y obra sus maravillas.
En Daimiel contamos con variedad de presencias consagradas y es un don de Dios para nuestro pueblo que debemos pedir que continúe y se acreciente esta presencia entre nuestras familias y desde nuestras familias. Como anécdota os puedo decir que cuando mi hermana Chelo ingresó en este monasterio, pedía todos los días al Señor que escogiese a jóvenes de nuestras familias… y Dios, como siempre, escuchó su plegaria confiada… al poco (año y medio) vine yo  a esta Comunidad.
Como bien sabéis desde el silencio del claustro se pide por todos y cada uno. Dios tiene presente todos nuestros actos, nuestra vida, y nos ha hecho para El. A quienes se nos ha concedido la gracia de vivir para El, de adelantar ese Reino de Dios, nos brota esa oración constante, para que este mundo vaya avanzando también y haciendo de sus vidas algo más de Dios.

Quiero compartir con todos una convicción profunda:
Jesucristo es el único que plenifica el corazón humano, sólo en El, encontramos la felicidad, la Paz interior, sólo El es el Camino, la Verdad y la Vida. Sólo Dios colma los anhelos más profundos de nuestro corazón.
 
Por tanto, en este mundo, descristianizado, en el que estamos inmersos y tenemos que vivir, SED VALIENTES, y adheriros a Cristo. Sed Iglesia, orad por la conversión del mundo y de la mano de María, caminad fieles a Dios. Cada cual en la vocación que ha recibido de Dios.

Unid vuestras voces a las nuestras en ADORACIÓN a Dios y en PETICIÓN constante para que no falten en nuestra iglesia la presencia de la vida consagrada.
No os olvidéis nunca de esto: siempre contáis con nuestra oración, ningún sufrimiento o situación, nos es ajena, TODO está presente en la mente de Dios, estamos en sus manos, no cabe duda, y nosotras vivimos por vocación algo tan maravilloso como es ESTAR SIEMPRE EN LA PRESENCIA DE DIOS Y PRESENTARLE TODA NECESIDAD. Que a todos llegue el conocimiento de la salvación.

Y me gustaría concluir con un deseo de la Venerable Consuelo Utrilla  Lozano, ella nos ayuda desde el cielo:
“Qué ideal más bello, servir a Dios desinteresada e incondicionalmente, sin ninguna mira personal, sino todo a mayor gloria de Dios y santificación de las almas”
Este es mi deseo para todos en nombre de todas mis hermanas de Comunidad. Gracias por tantas veces que acudís para pedir oraciones. Que Dios os bendiga.
Sor Rocío González, monja mínima de Daimiel