Historia de una Fundación
En la Comunidad de Monjas Mínimas de Daimiel se habla de un proyecto de fundación…. ¿será cosa de Dios?
Con estas ideas como tema de fondo, sale el documento Vita consecrata y el Papa Juan Pablo II exhorta a llevar el carisma a otras culturas.
Era el año 1998. La Comunidad lo tiene claro: hay que ir a una fundación, pero ¿dónde?
Se celebra por entonces el Sínodo de los Obispos de Asia que sigue con interés en el Osservatore Romano.
La Iglesia habla:
“Asia para la Evangelización, es el continente del tercer milenio como América lo ha sido en el segundo” .
Es necesario abrirse a este continente incluso con nuevas fundaciones de vida contemplativa.
La comunidad, impulsada por el Espíritu decide ir a Filipinas para ver si es posible dicha fundación. Con la fuerza del Señor, supera el gran sacrificio que supone desprenderse de nuevos miembros, porque sólo cinco años atrás habían salido seis monjas jóvenes para una fundación en Paula, al sur de Italia, en la tierra natal del Fundador.
En septiembre de 1999 parten tres Hermanas hacia Lipa, cerca de Manila, en la isla de Luzón, donde son acogidas y ayudadas por las Hermanas del Catecismo (de fundación italiana). Con ellas residen durante tres meses conociendo la nueva cultura.
Y por fin deciden alquilar una casa como inicio de la fundación. El Espíritu suscita también en Filipinas el atractivo por el carisma mínimo y comienzan a interesarse jóvenes.
El 2 de febrero del 2000 ingresa la primera y hoy son cuatro monjas filipinas de votos temporales y dos novicias, filipinas de distintas islas, que junto a las do monjas españolas del convento de Daimiel, constituyen la nueva comunidad.
Han sido muy bien acogidas tanto por el Obispo, sacerdotes y religiosos como por los fieles en general, que captan de alguna manera la gracia de tener una comunidad de vida contemplativa entre ellos. Los filipinos son personas muy religiosas, alegres, sencillas y profundamente acogedoras, compartiendo lo poco que tienen con gran generosidad.
Se está construyendo la primera parte del convento que pronto estará concluida y así podrán ingresar las jóvenes que están esperando.
El nuevo convento se llamará
Monastery of San Francis of Paula
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