Orar
Consolad a mi pueblo
RECORRIENDO EL ADVIENTO JUNTO AL PROFETA ISAÍAS

“Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios;
hablad al corazón de Jerusalén y gritadle
que se cumplió su servidumbre,
que está pagada su culpa,
que ha recibido de manos de Yahvé
doble por todo sus pecados.”

Este texto empieza con cuatro verbos en imperativo.

PRIMER Y SEGUNDO IMPERATIVO-“Consolad, consolad”

De este doble imperativo inicial, viene el nombre del libro; libro de la Consolación. Es como una voz de Dios que está pidiendo a gritos que haya quien consuele a su pueblo y a su ciudad santa. Este verbo consolar, en el Antiguo Testamento normalmente se usa cuando hay que consolar a una persona por la muerte de otro. Por ejemplo los hijos de Jacob consuelan a su padre por la pérdida de José, más adelante José consuela a sus hermanos con afecto y esta consolación se hacía con ritos concretos.

Algunos textos para conocer qué es consolar en el Antiguo Testamento son: Gn 37, 35; 50, 21; 2Sm10, 2-3; 12, 24, Jr 10, 7.

En muchos textos en la Biblia, fundamentalmente en Isaías que es el primero en proclamarlo, Yahvé mismo va ser el consolador, y aunque Él pide que se consuele a su pueblo, va a ser Él el consolador de su pueblo. Algunos textos que lo reflejan son Is49, 3; 51, 3; 51 12; 52, 9; 63, 13.

En Gn 5, 29 dice que Noé se llamaba así porque era una promesa de consolación, relacionan al verbo Noé con el verbo Najan que significa consolar, seguramente no es verdadero desde el punto de vista filológico, pero es muy bonito cómo la Biblia ve en Noé el justo, una promesa de consolación frente al pueblo, una promesa de consolación de la tierra desolada por el diluvio, entonces podríamos decir que frente al suelo maldito por Adán, los afanes que los seres humanos tienen que hacer por la tierra, por culpa de Adán, para que surja, llegará con Noé el consuelo, es decir una tierra fértil, eso es lo que quiere decir la consolación de Noé, un esfuerzo sosegado, el trabajo no será un desastre sino que el hombre podrá consolarse.

También Yahvé es consolador en el Salmo del Buen Pastor 23, 4; cuando dice el salmista: Tu vara tu cayado me consuelan; literalmente nuestras traducciones dicen me sosiegan. La vara y el cayado de Yahvé es lo que consuela al fiel israelita, por tanto el Dios consolador está gritando al principio de este libro que haya quien consuele también a su pueblo.

En la traducción griega de la Biblia, que se escribió en hebreo y después se tradujo al griego, el verbo consolar se suele traducir por parakalein que en el Nuevo testamento literalmente es el paráclito, entonces cuando Juan en su discurso de la despedida Cap.14 y16, habla del Paráclito está diciendo lo mismo, el Espíritu es el consolador. El que consuela ya no es Yahvé directamente sino el Espíritu de Yahvé, el Espíritu de Jesús, el consolador del pueblo.

También es muy iluminador el texto de 2Cor, al principio del mismo San Pablo dice: “¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en todas nuestras dificultades, para que podamos nosotros alentar a los demás en cualquier dificultad”. Por lo tanto es la consolación recibida y la consolación compartida.

Entonces ¿quién puede consolar a Jerusalén?
Aquel que ha sido consolado por Yahvé, por el Paráclito de la consolación.


¿Quién es el objeto de la consolación? “Consolad, consolad a mi pueblo...”
¿Qué significa mi pueblo? Quiere decir el pueblo de Dios y es así porque es la fórmula de la alianza “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”.
La alianza significa una mutua pertenencia entre Dios y el pueblo, por eso el pueblo puede llamar a Dios, nuestro Dios y Dios puede llamar al pueblo, mi pueblo, porque lo ha comprado.
Este pueblo después se concretará en la ciudad de Jerusalén.


Curso sobre Isaías por D. Manuel Pérez Tendero sobre el Prólogo del II Isaías, Is 40, 1-11
Dado en Daimiel, Monjas Mínimas