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Presentación
MADRE MARIA DEL SOCORRO ASTORGA LICERAS


 
"Amad al Amor"

1- Había una vez... María Claudia Josefa Astorga Liceras. ¿La conoces? Probablemente no. Te quiero contar su historia y estoy segura que te gustará.
2- María, “futura Madre María del Socorro”, nació en Archidona, un pueblito de la provincia de Málaga, en España, el 30 de octubre de 1769, en el seno de una familia de buenas condiciones, que le ofreció una esmerada educación humana y cristiana.
3- Su padre, Francisco de Astorga, era un gran maestro alarife, que realizó muchas obras maestras en Archidona, como la plaza Ochavada (la más importante del pueblo) e la torre de la iglesia del Monasterio de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula.
4- Contaba solo tres años y medio de edad, cuando su madre, todavía joven, voló al cielo. Por eso no recordará nada de ella, pero se sentía feliz cuando le hablaban de sus virtudes y del primor con el que había empezado a educarla.
5 –A la edad de cinco años, afligida porque su padre se había casado de nuevo y temerosa de su madrastra, soñó que la Santísima Virgen la consolaba con ternura materna y la acogía como hija. Desde aquel sueño empezó a amarla con todo su corazón y a llamarla “Mi dulce Madre”. Y esta devoción filial a la Virgen María la distinguió toda su vida.
6 -Desde que hizo la primera Comunión, con ocho años, empezó a tener mayor conocimiento de las cosas de Dios. Le gustaba quedarse sola en casa, para arrodillarse en el suelo y adorar al Santísimo Sacramento, ya que de la ventana de su casa, podía ver la parroquia, que estaba en frente, dando gracias a Dios por haberla hecho su vecina.
7 -Desde muy pequeña sabía soportar con fortaleza todo lo que la hacía sufrir, aceptándolo sin quejarse, para unirse a los sufrimientos de Jesús.
8 -A los catorce años, le hicieron una propuesta de matrimonio y María quedó muy turbada sin saber cómo responder. No lo comentó con nadie, ni siquiera con sus padres, si no que acudió llorando a su “Dulce Madre”, pidiéndole luz para conocer la
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voluntad de Dios. Mientras estaba orando, comprendió que su “Dulce Madre” la quería para esposa del su Hijo Jesús.
9 -Con esta nueva luz aumentó su deseo de ser religiosa y, llena de fervor, empezó a ayunar con mayor frecuencia y a guardar, a escondidas, su alimento, para entregarlo como limosna a los pobres.
10 –Decidió pues hablar con su padre sobre la vocación a la vida religiosa que sentía ya fuerte y clara. Este, que era un hombre de profunda fe, no se opuso, al contrario le dijo que se alegraba mucho que deseara ser religiosa, porque si el matrimonio era bueno, la vida religiosa era mejor.
11 -¿Pero dónde la quería el Señor? La respuesta no tardó. Un día, durante la novena de San Francisco de Paula, María estaba en la iglesia de la Victoria de los Frailes Mínimos y allí, mientras oraba delante del Santísimo Sacramento, pidiendo luz, fue invadida de tanto recogimiento interior que comprendió que el Señor quería que fuese Monja Mínima de San Francisco de Paula.
12 -El día tan esperado de su ingreso en el monasterio llegó el 28 de agosto de 1799. La noche precedente María se preparó con fervor a recibir el hábito de novicia de las Monjas Mínimas. No quiso que se hiciera convite, ni tampoco quiso despedirse de sus familiares y amigos, más bien prefirió vivir aquel momento tan trascendental de su vida en el recogimiento de la oración.
13 -Aquella noche no durmió y a la mañana siguiente se levantó muy temprano, pidió la bendición a su padre y acudió a la iglesia para confesarse y comulgar. Al recibir la Eucaristía sintió que su amado Esposo acariciaba su alma y estaba contento con los buenos propósitos que llevaba.
14 -El Padre Provincial de los Frailes Mínimos, al darle el permiso de entrar con las Monjas Mínimas, le entregó el nombre de Socorro, diciendo que aquel era el nombre que Dios quería que tuviera, así María será Madre María del Socorro.
15 - Su amado Esposo la preparó con el don del recogimiento interior a su Profesión, que celebró el 29 de agosto de 1800. ¡Con cuanto fervor abrazó la vida religiosa, animada por el deseo de cumplir con fidelidad las nuevas obligaciones que había contraído con la Profesión!
16 -El primer oficio que le fue asignado fue de enfermera. Con heroica caridad asistía a las hermanas más graves y contagiosas, que continuamente la solicitaban, tanto que apenas le dejaba tiempo para acudir a la oración de comunidad. A pesar de tanto trabajo, se sentía llena de alegría porque contemplaba el rostro de Jesús sufriente en cada enferma y podía meditar sobre su Pasión.
17 -Después del oficio de enfermera, ejerció el de portera y de tornera. Todos los días, antes de atender a quien acudía al torno, rezaba al Señor para que la ayudase a ser caritativa con todos, sobre todo con los pobres, ¡y eran tantos los que llegaban a pedir
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limosna! proveyéndoles con gran caridad de algún alimento, hasta privarse de su misma comida.
18 -Estos oficios le causaron no pocos disgustos, pero Madre María del Socorro sabía soportar todo con paciencia y dulce mansedumbre. Jesús quiso unirla a su cruz también con muchas enfermedades, que ella aceptó siempre con generosidad y espíritu de sacrificio.
19 -Sus escritos son fruto de la obediencia a su confesor, que le ordenó de escribir todas sus experiencias espirituales. En ellos no hace más que exaltar y testimoniar al mundo la gran misericordia y bondad de Dios.
20 -El carisma penitencial de la Orden de los Mínimos, que es un carisma de intercesión, reparación y expiación, estuvo fuertemente marcado en Madre María del Socorro, que empleaba todo el tiempo de la oración implorando misericordia para los pecadores.
21 -En febrero del 1813 sus escritos misteriosamente se interrumpen. ¿Por qué? No se sabe. Lo cierto es que Madre María del Socorro voló al cielo el 31 marzo 1814 a la edad de 44 años y dejó detrás de sí el suave perfume de su santidad.
22 -Madre María del Socorro, como hija fiel de San Francisco de Paula, emprendió el vuelo hacia la cumbre del monte de la santidad con las alas del amor y de la obediencia a la voluntad divina.
23 -Ahora desde el cielo intercede por nosotros, implorando de Dios aquella misericordia, que tanto había contemplado y celebrado en toda su vida.
24 - Invócala también tú en todas tus necesidades con esta sencilla oración y ella pedirá por ti a su Dios bueno y misericordioso:
25 Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por los dones concedidos a la Sierva de Dios, Madre María del Socorro Astorga Liceras, monja Mínima, que, en la escuela de Jesús Eucaristía y siguiendo el ejemplo de la Santísima Virgen María, su “Dulce Madre” y de San Francisco de Paula, dio testimonio de vida evangélica e, inflamada en amor divino, manifestó la misericordia y bondad de Dios. Te rogamos que por su intercesión nos concedas la gracia que te pedimos y te dignes glorificar a tu Sierva y sea para todos los fieles un ejemplo a seguir. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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