Archidona (Málaga)
Profesión solemne de sor Isabel de la Inmaculada
CRÓNICA DE LA PROFESIÓN SOLEMNE DE  SOR  ISABEL DE LA INMACULADA NDANU KIIO

En este Monasterio Jesús María del Socorro de Archidona, el día 2 de Agosto de 2020, Fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles hizo su Profesión Solemne la Juniora Sor Isabel de la Inmaculada Ndanu Kiio. 

La celebración se inició a las 20 hs. con afluencia de numerosos fieles quienes completaron el aforo permitido y la presencia de la televisión local.

El ministro celebrante que presidió el acto fue el Rvdo. P. José Manuel Fernández, ocd. Delegado para la Vida Consagrada de la Diócesis de Málaga, y los ministros concelebrantes  que le  acompañaron fueron el Rvdo. D. Javier Velasco del Pozo, párroco de Archidona y capellán de la Comunidad; el Rvdo. D. Marcos Blanco, vicario parroquial de Archidona; Rvdo. D. Jaume Gasulla, párroco parroquia de San Fernando (Málaga); Rvdo. D. Francisco de Paula y el Rvdo. D. Fernando Quinteros, párroco de Teba y Almargen.

 Abrió la procesión de entrada Sor Isabel, acompañada por Sor Lourdes Sánchez La Fuente Cano, en calidad de testigo y la Rvda. Madre Correctora M. Mª Francisca Valdelomar ; seguidas por los ministros concelebrantes y por último el celebrante;  se hizo uso del incienso para dar mayor solemnidad a la celebración y los cantos primorosamente escogidos fueron interpretados por las hermanas de la Comunidad.

 Como dato curioso fue el uso de la mascarilla  de todos los presentes como medida exigida por las circunstancias actuales, pero que no pudo ocultar la felicidad y el gozo de Sor Isabel reflejado en su rostro.

Una vez puestos todos en sus respectivos sitios se hizo la monición de entrada haciendo alusión a lo que se iba a realizar, el celebrante dio el saludo inicial y siguió la celebración como de costumbre, las lecturas de la  misa fueron leídas por dos hermanas de la comunidad y el salmo fue cantado por Sor Isabel y Sor Lourdes: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor” sal.88; después de la lectura del Evangelio se hizo la llamada a Sor Isabel, luego el celebrante dirigió unas palabras  ricas de unción y contenido dirigidas especialmente a Sor Isabel entre otras cosas dijo: que nadie la apartaría del amor de Cristo, tres meses había tardado la preparación de este día pues iba a ser en abril pero hoy se hace realidad, lo bueno se hace esperar y así se disfruta mejor. “Has encontrado a Cristo ese alimento que te sacia y por eso delante de nosotros vas a entregarte en esta Comunidad de Monjas Mínimas”.

Hizo también alusión a lo que ella  iba a realizar con su profesión  que  libremente se entregaba por amor a Dios y a los hermanos, que con el confinamiento todos habíamos probado lo que era encerrarse pero impuesto por una autoridad civil por el bien de nosotros mismos; mientras que ella por una autoridad que no es de este mundo se entregaba para vivir sólo para Él por el bien de todos. “Hoy no termina, hoy todo empieza, termina un periodo en el que te has formado para llegar a este día. Comienza para que pongas en práctica lo que has ido aprendiendo y lo vivas cada día.” “La verdadera felicidad está en el paso que vas a dar, el dar la vida por ese amor que nada te podrá separar. Que la alegría de hoy se prolongue en toda tu vida”.
 
Terminada la homilía se procedió al interrogatorio; seguidamente la oración litánica pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen y de los santos por nuestra hermana, al finalizar las letanías Sor Isabel se acercó a la Madre Correctora para hacer en sus manos  la profesión solemne, luego se acercó a la mesa del altar para  firmarla mientras se cantaba; siguió la entrega de los símbolos, la luz y el libro de la Liturgia de las horas. Después tuvo lugar la ratificación de la Madre Correctora de la pertenencia de Sor Isabel como miembro de la Comunidad manifestado con un fuerte abrazo de la Madre a la profesa, acto seguido  entró al coro para ser felicitada por la Comunidad.

Concluido el rito de la profesión, la Eucaristía continuó normalmente hasta que después de la acción de gracias de la comunión el Celebrante dirigió unas palabras a la asamblea refiriendo el valor de que un pueblo contara con la presencia de una Comunidad religiosa contemplativa, un tesoro que hay que cuidar, e hizo mención que el pueblo de Archidona cuenta con la Virgen de Gracia a quien acudimos como hijos para que nos ayude pero que también las Monjas Mínimas interceden para que esas gracias lleguen hasta nosotros.

Luego invitó a Sor Isabel a decir algunas palabritas, y ella dijo que daba gracias a Dios por haberse fijado en su pequeñez y que como los ángeles cantaría eternamente las misericordias del Señor; se dirigió a sus padres y hermanos que aunque físicamente no habían podido asistir, espiritualmente la acompañaban con sus oraciones; también agradeció a todos los que la habían acompañado a pesar del calor tan grande que hacía y que pediría por todos. Lo cual al finalizar sus palabras fue correspondida con calurosos aplausos que duraron buen rato. 

La Madre Correctora leyó la carta que la M. Rvda. Madre Presidenta Federal Sor Magdalena López escribió a Sor Isabel con motivo de la Profesión. También se disculpó porque en otras ocasiones se invitaba a pasar al locutorio para compartir un refresquito pero que por las circunstancias actuales no podía ser.

El Celebrante dio la bendición final y saludamos a la Virgen cantando “Dulce Madre” compuesto con letra de los escritos de la Sierva de Dios Madre Mª del Socorro.
Y no faltó como siempre la foto en la escalera de la profesa con los sacerdotes, recibiendo nuevamente calurosos aplausos de cariño.
Se retiraron todos a la sacristía finalizando así la celebración tan llena de signos emotivos que encantaron a los fieles.

Damos gracias a Dios por el don de la vocación religiosa contemplativa en nuestra pequeña familia mínima, en la que un alma se consagra para siempre al Señor. Que la entrega de Sor Isabel de la Inmaculada sea fermento de nuevas almas deseosas de entregarse por entero al Señor y den gloria a Dios con sus vidas, la salvación de las almas y santidad de la Orden Mínima y de la Iglesia.