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Adoremos el Misterio de Belén
Adoremos el Misterio de Belén

La Navidad nos lleva a contemplar al Verbo de Dios hecho hombre donde vemos cómo la encarnación es vaciamiento del Hijo,
camino mínimo del Más Grande, senda abierta para salvar a todos.
Unas líneas quisiera compartir con todos vosotros, unas afirmaciones que Dios mismo puede hacer realidad en nuestras vidas, son del Papa Francisco:
“Navidad eres tú cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú cuando llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, la alegría y la generosidad.”


Pero es más todavía, no es sencillamente una luz, ¡la Navidad es Él!
¡Ya está ahí! Saborea su presencia, porque Él está. No nos quedemos en lo accidental, lo importante es que nació Jesús.

Querido hermano, entrégate a Dios, que tu lámpara sea una luz encendida en medio de la oscuridad,
una luz que nos ayude ante todo, a buscar la gloria de Dios y el bien de nuestros hermanos,
porque no todos conocen esta luz, ya que vino la luz y no le conocieron… ¿cómo es posible?
Esperaban a un Dios que respondiera a sus deseos, pero Dios se presentó pobre.
¿Dónde buscamos a Dios? ¿En lo grandioso o en lo pequeño?
A Dios sólo lo encontramos en la sencillez, humildad y pequeñez. Desde la humildad se construye la pobreza, el sacrificio… se encuentra a Dios.
Según la imagen que tengas de Dios así será la imagen que tú des de Dios a los demás.
Y así según… serás para el hermano, cercanía, bondad, ternura…Abre tu corazón, ama a todos, que nadie quede excluido.

Que el Señor nos conceda vivir con hondura el Misterio para ser misioneros de su pequeñez que salva,
de su Palabra que calla, de su Vida que muere, de su Gloria que se oculta.

Monjas Mínimas de Daimiel