Valls (Tarragona)
Testimonio de Sor Teresia
NO VEO COSA MEJOR QUE SERVIR AL SEÑOR Y GASTARME EN SU SERVICIO

Me llamo Teresia de Jesús Nthenya Kaluvu. He venido de Kenia. Estoy compartiendo mi vida con las Monjas Mínimas de Valls. Sentí la llamada del Señor cuando era pequeña, no recuerdo la edad que entonces tenía. Lo que sé es que me gustaban mucho los actos religiosos. Cuando empecé los cursos de catequesis para hacer mi Primera Comunión, comencé a tener más claridad y gran interés por las cosas de Dios dentro de la Iglesia Católica.

Cuando terminé mis estudios, mi oración era continua, pidiendo al Señor que me enseñara mi verdadera vocación, porque era el tiempo justo para plantear mi vida futura. En consonancia con la aspiración más profunda de mi infancia y adolescencia, deseaba vivir enteramente para el Señor, en su casa, alabándole todos los días de mi vida.

Sobre todo cuando leía el salmo 26, 4 que dice: "Una cosa pido al Señor, esto buscaré: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar el encanto del Señor y visitar su Santuario". Y otra oración de acción de gracias de la comunión que dice: "Dios mío, ¿qué te doy? Tú me has alimentado con tu Santo Cuerpo, me has asumido; es mejor ofrecerme a Ti y ser tu posesión; te doy mi corazón, mi mente, mis acciones, mis sufrimientos, mi cuerpo, todo mi ser. No quiero otras cosas sino amarte y servirte todos los días". En estos dos momentos era tanta la alegría que experimentaba mi corazón... Esto llenaba y llena completamente mi ser y no veía ni veo cosa mejor que servir al Señor y gastarme en su servicio y en bien de los hermanos.

Aunque no me ha sido fácil la espera de la voluntad del Señor sobre mi verdadera vocación, que aún estoy discerniendo, puedo dar testimonio de que, después de la noche oscura, amanece el sol, y he visto la mano de Dios en todos los instantes de mi vida. Desde niña hasta el día de hoy he confiado en la mano poderosa de Dios y siempre me he sentido protegida de Él.

Fue al final del año 1999 cuando conocí las Monjas Mínimas a través de su hoja vocacional, y cuando la leí me impresionó mucho su vida y carisma penitencial-reparador. Entonces me puse en contacto con ellas, y el día 6 de diciembre del 2000, al final del Año Jubilar, -habiendo recibido muchísimas gracias durante ese año- tuve la dicha de ingresar en el Monasterio de la Inmaculada Concepción de Monjas Mínimas de Valls (Tarragona) para entregarme a Dios totalmente.

Estoy muy agradecida del don de la vocación religiosa y doy gracias al Señor porque Él es fiel a sus palabras y promesas. Porque yo le suplicaba y Él me ha escuchado.
Ahora soy juniora, Dios mediante haré la profesión solemne el año entrante. Espero que su voluntad se cumplirá en mi vida y me alegraré de verme consagrada a Él para siempre os pido que me ayudéis con vuestras oraciones.

Sor Teresia de Jesús O. M.