Jerez de la Frontera (Cádiz)
Testimonio Sor Virginia
MI VIDA ESTABA HECHA PARA ALGO MÁS
¡Hola! Mi nombre es Virginia, y como dice una canción de mi país: “Soy colombiana de pura raza, amo a mi tierra como a mi mama. . .”. Tengo 41 años, y hace tres llegue a España a “encerrarme” en este pequeño-gran Monasterio de MONJAS MÍNIMAS de Jerez de la Frontera. Tal vez se pregunten cómo llegue aquí, y ustedes mismos se pondrán responder, pero la respuesta es una sola: Por puro AMOR DE DIOS A MI VIDA.
En mi país yo llevaba la vida normal que cualquier mujer de mi edad lleva: trabajaba como profesora de química y biología para el gobierno de mi ciudad “El Distrito” en Bogotá, es decir tenía puesto fijo, seguro y no ganaba nada mal, era independiente, vivía sola, hacía lo que quería, pertenencia a la Iglesia como laica comprometida, llevaba una vida bien, sana, pero. . . sentía que tenía que HABER ALGO MÁS.
La verdad es que desde muy joven siempre he pensado que el hombre << el ser humano>>, como “rey de la creación” según las leyes de la naturaleza, está hecho para algo más. . . que nacer, crecer, reproducirse (si lo hace) y morir. El ser humano es trascendente.
Esto no era algo que yo fríamente me preguntará o planteara, lo llevaba en mi interior, y lo manifestaba en que no le encontraba sentido a las cosas, las hacía porque tocaba y como yo misma me decía: “ni modos que me quede en la cama durmiendo todo el día y toda la vida”, y para acabar de rematar me consideraba tan buena porque iba a misa todos los domingos, eso sí sin entender nada <<mi vida por un lado y Dios por el otro>>, pero a la vida no le encontraba gusto vivía porque tocaba vivir. Y así, en este sin sentido, el Señor me salió al encuentro valiéndose de unas catequesis para adultos que hubo en mi parroquia, y ahí conocí a las Comunidades Neocatecumenales. Así empecé este camino de Fe para adultos, me encontré con Dios y empecé a ver que mi vida estaba hecha para ALGO MÁS. . ., es decir que mi vida sí tenía sentido.
En 1992 hubo un encuentro vocacional a escala nacional de las Comunidades, y ahí fue cuando por primera vez me planteé la vocación religiosa-contemplativa, no niego que esto me asustó y lo rechacé de plano; pero la llamada estaba hecha y el Señor, como buen caballero, se tomó su tiempo y tuvo paciencia conmigo: renovaba de vez en cuando su llamada, yo le daba siempre largas y decidí que lo mejor para mí era el matrimonio.Y tuve novios, buenos chicos, todos a cual mejor, pero las cosas no cuajaban. El tiempo pasaba y yo veía que mi vida también, y volvía la misma inquietud . . . tiene que HABER ALGO MÁS.
Yo era catequista, prestaba un servicio como ostiaria de flores en mi parroquia, como dije más arriba lo tenía todo nada me hacia falta, pero. . . tenía que HABER ALGO MÁS; hasta que le pregunté al Señor: “ ¿Qué quieres de mí?” Y Él me respondió: En una convivencia de mi comunidad, en noviembre de 2002, el Evangelio que se proclamó fue la parábola de los Talentos según San Mateo, y yo vi que ese “talento” era mi vida, y que la había enterrado, había hecho de mi vida lo que yo quería pero. . . y ahí fue cuando le dije al Señor: “Toma mi vida es tuya, haz lo que quieras conmigo: me quieres casada, cásame; me quieres monja de clausura, llévame; me quieres célibe, aquí estoy”. Y el Señor me tomó la palabra y con la ayuda de mis catequistas vi que me llamaba a la vida contemplativa y por medio de ellos fue como el 6 de septiembre de 2003 llegué a este Monasterio, dejando atrás todas mis seguridades: mi trabajo, mi país, mi comunidad, mi familia, y lo que más quiero: a mamá y a la abuela.
Tal vez se preguntarán: ¿Y eres feliz? No les niego que no ha sido nada fácil, he tenido mis “luchas”, pero!!! ¿en dónde no hay luchas?. Pero SOY FELIZ, encontré lo que desde joven siempre buscaba ese. . . ALGO MÁS, primero en las Comunidades, pero ahora en el sitio y en la misión que Dios desde la eternidad tenía reservada para mí. SÍ, SOY MUY FELIZ. He hallado mi vocación, un carisma maravilloso. Por eso puedo decir como la Virgen María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”
Para terminar sólo dos cosas:
~ Una: ARRIÉSGATE. Como dice el Papa Benedicto XVI “Creer es bello” y si crees pregúntale al Señor: ¿Qué quiere de ti?
~ Dos: Ora por mí para que el Señor me conceda la gracia de serle fiel y ser digna esposa de Él.
Dios te bendiga y guarde,
Sor Virginia de María Novoa Camargo (OM)